sábado, 27 de septiembre de 2014

Deconstrucción poética

En este lugar apartado de la soledad
de mí y tus recuerdos,
en esta discoteca,
gente que salta y canta,
delirio alcohólico electrónico.

Allí estaba el mar, azul e inacabable.
Siempre me parecía la primera vez que lo observaba sin aliento.

Recuerdo que de niños jugábamos con barro,
con vulgar barro,
que construíamos castillos, pirámides y rascacielos de barro
más bellos que los que haya construido jamás ningún arquitecto.

Hoy vuelvo a vestir el uniforme de los minutos.
Añado la alarma a mi lista de reproducción
y desempolvo las hojas blancas donde
no escribiré versos sino
números sin alma y exactos.

La felicidad es un lugar incompleto,
como un puzzle al que siempre le falta una pieza distinta.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Allí estaba el mar, azul e inacabable. Siempre me parecía la primera vez que lo observaba sin aliento.

La ciencia no es la solución

                Hemos viajado al espacio, hemos descubierto la evolución, hemos desmigajado el mundo hasta las partículas más minúsculas, conocemos algo nuevo del Universo cada día y hemos creado todo tipo de tecnología que ha hecho más sencillas y cómodas nuestras vidas. La ciencia cada vez tiene más apoyo, tanto económico por parte de los gobiernos como social, la gente la valora más. No cabe duda de que si saliéramos a la calle y preguntáramos si la ciencia ha mejorado nuestra calidad de vida la respuesta mayoritaria sería "sí". En cambio, por dar un dato, la Organización Mundial de la Salud registra un aumento en el porcentaje de los suicidios del 60% en los últimos cincuenta años, siendo esta cifra incluso mayor en los países desarrollados. ¿Cómo puede mejorar la calidad de vida y al tiempo aumentar los suicidios? ¿Quizá estemos haciendo algo mal? ¿Quizá nos hayamos pasado de la ralla y la ciencia no sea la solución a todos nuestros problemas?

                No sé qué diréis vosotros, pero yo pienso que nos hemos pasado de rallas, que vamos puestos hasta las cejas de ciencia, como si fuéramos yonkis de una droga barata. Puntualizando que se salvan de este análisis, aunque no del todo, las ciencias sanitarias (medicina, enfermería, etc.); por lo demas... que sí, que al principio con Newton, Darwin y compañía la ciencia estaba muy bien, que entendimos más o menos qué somos, de dónde venimos y a dónde podemos ir,  e incluso hemos llegado a comprender muchas cosas que han hecho nuestra supervivencia más sencilla. Pero ahora hemos llegado a un momento en el que estamos más avanzados científica y tecnológicamente que espiritualmente (no hablo de espíritus, almas o dioses, sino del sentir de las personas, de sus proyectos de vida, de felicidad real). Que se descubra un nuevo planeta o se hallen los fósiles de un nuevo antecesor del ser humano (ya no hablemos de que se invente una tablet en tres de o un móvil con tecnología veinticuatro ge) no va a mejorar la vida de nadie.

                No niego que el conocimiento del mundo pueda ser una parte necesaria de una felicidad real, pero sí creo que es la menos imprescindible. Y ya no hablo sólo de suicidios, que es sólo un dato que podría estar afectado también por otras causas. Hablo de que en el mundo hay miles de muertos cada día por hambre, enfermedades y guerras. Hablo de estamos cayendo en una decadencia espiritual, que hay un número ridículamente enorme de personas sin proyectos de vida, o con proyectos de vida basados en el dinero, que es algo tan vacío que tampoco los consideraré proyectos de vida. Hablo de personas que trabajan para disfrutar de un confort del que no pueden disfrutar porque tienen que volver a trabajar, de personas que no son felices, que no entienden por qué están aquí o cuál es el sentido de la existencia. La ciencia no puede solucionar el hambre o las guerras porque los intereses económicos priman en esta sociedad. Para ello sería necesario cambiar esta mentalidad y encontrarle un sentido a la vida. Y esto la ciencia tampoco lo puede solucionar. La ciencia sólo puede darnos un nuevo ordenador con el que achicharrarnos más el cerebro, o descubrir una nueva partícula elemental tan pequeña que no le va a cambiar la vida a nadie.

                Por todo esto llego a mi conclusión: la ciencia no es la solución. Y como solución propongo que, si bien no debemos abandonar la ciencia totalmente, deberíamos desviar parte de este apoyo que recibe hacia otros campos como la filosofía o el arte, que sí pueden buscar, entender y dar un sentido nuevo y real a nuestras vidas.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Sólo ven

Arráncame esta herida con los dientes, con tus labios.

No me traigas flores,
sólo ven.
Recuerda no me traigas nada que me recuerde a ti
cuando ya no estés desnuda ni en mi habitación.

No hace falta que digas nada tampoco,
sólo ven.
No me pidas perdón no me llames por mi nombre
no me pidas que susurre el tuyo cuando hagamos el amor.

Ya hablamos demasiado, ya recordamos demasiado.
Sólo ven.
Ahora seamos dos cuerpos sin nombre ni pasado,
será más fácil confundirnos primero y olvidarnos después.

Sólo quiero un respiro y un poco de amor del barato,
sólo ven.
De verdad ya desgasté tus ojos con tanta tinta
y tu cuerpo moreno y tu calor los puede acariciar otro.

No habrá rencor ni heridas ni surgirá el amor,
sólo ven.
Ya no te haré preguntas ya me iré
rápido y apenas me habrás sentido.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Me he despedido tocando tus brazos con la yema de mis dedos
Adiós
Y según me iba he vuelto la vista varias veces
Por ver tu culo alejándose meneándose
Y los últimos rayos de sol
Dibujando sombras entre las curvas de tu cuerpo

O quizá fuera sólo yo quien me alejaba
Quizá tú te quedabas inmóvil
Mar
Como esperándome con las olas abiertas
Como seduciéndome meneando las espumas
Y besando la arena como en un murmullo
Que decía adiós
Tan débilmente (yo ya casi me había ido)
Que sonaba a súplica
Me vencieron las palabras
Me arrollaron por la espalda
Y deshilacharon mi alma
Hasta que las sílabas perdieron su sentido

Conmigo

No sé nunca en qué dirección sopla el viento. Confundo las horas y el sentido en que se abren y cierran las puertas. Recuerdo demasiado y pienso poco. Soy vago y despistado es decir un poco desastre. Vivo por instinto y sueño siempre.

Me gusta escribir poemas a todas las chicas que me gustaron aunque sólo fuera durante una noche o una cerveza. Me gusta leer hasta las tantas para que la noche me confunda con otro libro y me abra y me lea. Me gusta saltar con el rock cuando rompe 'Where is my mind' de los Pixies pero también sé dejar que unas notas de piano acaricien mi corazón o que vacíen mi cerebro las sacudidas electrónicas de Skrillex.

Como no sé nunca en qué dirección sopla el viento no sé muy bien a dónde voy y apenas me esfuerzo en recordar con nostalgia de dónde vengo. En cuanto a creencias no es que crea o deje de creer es que ahora mismo (sinceramente y sin ánimo de ofender) me importa una mierda. "Si no me preocupé por nacer, no me preocupo por morir" dijo Lorca o quizá sea que aún siento como Hazlitt el sentimiento de inmortalidad de la juventud.

Pero qué os voy a decir. Yo no soy de ésos que les dan muchas vueltas a sus palabras y acciones. Yo soy un romántico
convencido en mis errores.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
Anoche te pensé demasiado
y llegué a emborracharme.

Hoy los cláxones de las neuronas
y el estómago torpe
son una resaca absurda e inútil.

Y es que te conozco apenas de un par de noches,
pero no puedo ni pensar en olvidarte
y en cambio no olvido pensarte
demasiado.

Una canción, un edificio, un nombre,
mirar al norte o al sur,
una conversación acabada
o una cerveza que empieza.

Buscar pretextos lo puede hacer cualquiera.
Lo difícil es mirarte a los ojos sin que duela pestañear.
Lo difícil es besarte y encontrarte sin ropa.

Afortunadamente ya estás lejos
y sólo me queda el recuerdo para pensarte
que es más fácil y no duele mucho.