Las farolas siempre están encendidas
Cuando la noche viene a recoger tus recuerdos
Están tirados por la acera vomitando borrachos
El licor de algún sueño
Y la noche te los entrega en las manos
Para que los vuelvas a ver uno a uno
Y aún pretende que no derrames las lágrimas
Que ya se secaron
Si escribo siempre noche noche noche noche
Si escribo siempre noche nunca día noche
Es porque vosotros me enseñasteis este verano
A amar la noche
Aún en los días más largos
Porque sólo de noche se puede comprender la vida
Más bien buscarle un sentido
Porque la noche es muda y está felizmente presa del silencio que la llena
Mientras el día intenta banalmente hipócritamente
Llenar de ruido sus instantes más vacíos
Porque la noche es oscura y a cada momento
Viene cargada con el misterio de las imágenes borrosas
Que proyectan las farolas sobre el tapiz negro de las aceras
Abrid los ojos y nunca veréis nada
Más que vuestros sueños rotos borrachos tirados
Que la noche viene a recoger para arrancaros algunas lágrimas
Pensad y razonad y nunca sentiréis nada
No he vivido instantes más bellos
Que aquellos borrosos llenos de Absurdo
Que a la mañana siguiente no puedes más que
Preguntar por qué
Por qué aquel abrazo por qué aquel beso o aquella palabra
Por qué es tan importante aquella amistad
Por qué tiemblo y grito de amor
A la vida no cabe más que preguntarle por qué
Preguntarle por qué constantemente por qué
Y asombrarse de su respuesta
Silencio
Y cuando las farolas estén encendidas
Y otra noche venga a recoger tus recuerdos
Tirados por la acera vomitando borrachos
El licor de algún sueño
Y preguntes y grites al viento
Por qué se fue aquel día Por qué sin que yo lo disfrutara
Encontrarás que fue especial porque no exprimiste hasta la última gota
Esa última gota absurda cuyo sabor
Sólo puede ser misterio
Y de repente sin darte cuenta
Sentirás tus labios manchados del alcohol de una nueva botella
O quizá saboreando ese mismo licor renegado que esparciste en la acera
Cuando la noche viene a recoger tus recuerdos
Están tirados por la acera vomitando borrachos
El licor de algún sueño
Y la noche te los entrega en las manos
Para que los vuelvas a ver uno a uno
Y aún pretende que no derrames las lágrimas
Que ya se secaron
Si escribo siempre noche noche noche noche
Si escribo siempre noche nunca día noche
Es porque vosotros me enseñasteis este verano
A amar la noche
Aún en los días más largos
Porque sólo de noche se puede comprender la vida
Más bien buscarle un sentido
Porque la noche es muda y está felizmente presa del silencio que la llena
Mientras el día intenta banalmente hipócritamente
Llenar de ruido sus instantes más vacíos
Porque la noche es oscura y a cada momento
Viene cargada con el misterio de las imágenes borrosas
Que proyectan las farolas sobre el tapiz negro de las aceras
Abrid los ojos y nunca veréis nada
Más que vuestros sueños rotos borrachos tirados
Que la noche viene a recoger para arrancaros algunas lágrimas
Pensad y razonad y nunca sentiréis nada
No he vivido instantes más bellos
Que aquellos borrosos llenos de Absurdo
Que a la mañana siguiente no puedes más que
Preguntar por qué
Por qué aquel abrazo por qué aquel beso o aquella palabra
Por qué es tan importante aquella amistad
Por qué tiemblo y grito de amor
A la vida no cabe más que preguntarle por qué
Preguntarle por qué constantemente por qué
Y asombrarse de su respuesta
Silencio
Y cuando las farolas estén encendidas
Y otra noche venga a recoger tus recuerdos
Tirados por la acera vomitando borrachos
El licor de algún sueño
Y preguntes y grites al viento
Por qué se fue aquel día Por qué sin que yo lo disfrutara
Encontrarás que fue especial porque no exprimiste hasta la última gota
Esa última gota absurda cuyo sabor
Sólo puede ser misterio
Y de repente sin darte cuenta
Sentirás tus labios manchados del alcohol de una nueva botella
O quizá saboreando ese mismo licor renegado que esparciste en la acera
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