Los días se abalanzan unos sobre otros
Hambrientos de futuro
Me dicen que voy a cumplir veinte años y no lo creo
Siempre se idealiza el futuro se hacen planes
Se tienen ideas proyectos
Se cree que todo va a ser tan diferente
Hasta que llegan los veinte años con sus vivencias
De las que aún no he aprendido nada
Llegan los veinte años y uno se encuentra
Frente a la ventana esa misma ventana
Con la misma mirada que otro día de niño
Observando cómo cae la lluvia de igual forma después de todo
Imaginaba acaso que sería más maduro
Que habría comprendido muchas cosas
El amor las relaciones qué ingenuo
Lo único que he aprendido es que hay ciertas cosas
Sobre las que jamás se extrae enseñanza alguna
Y sólo queda volver a probar y a equivocarse
Una y otra vez y es que ya la papelera
Está llena de hojas arrugadas que pretendían
Ser borradores de la vida
Y es que levantarse cada mañana
Es volver a escribir sobre una página en blanco
Imaginaba también que tendría
Mis propias ideas como tienen los mayores
Que sabría un poco de muchas cosas como saben los mayores
Y ahora llegados los veinte años comprendo
Que las afirmaciones siempre esconden una duda
Que no hay blanco ni negro
Que los telediarios se equivocan
Y los mayores mienten cuando niegan
Que nunca se comprende de nada más que un poco
De nada
Y mientras escribo todo esto me pregunto
Quién soy yo para hablar de estas cosas grandes
Con mis sólo veinte años
Que parecían tantos cuando observaba la lluvia con mi mirada de niño
A fin de qué voy a haber entendido nada
De la vida
Cuando con mis sólo veinte años que parecían tantos
Aún recuerdo más de lo que he olvidado
No sé qué responderos si os soy sincero
Y es que siempre he dudado de todo
Sobre todo he dudado de todas las cosas
Acaso el misterio encierra la verdadera belleza
En cualquier caso supongo
Que sólo queda volver a probar y a equivocarse
Y a levantarse cada mañana con una sonrisa
Para volver a escribir sobre una página en blanco
Hambrientos de futuro
Me dicen que voy a cumplir veinte años y no lo creo
Siempre se idealiza el futuro se hacen planes
Se tienen ideas proyectos
Se cree que todo va a ser tan diferente
Hasta que llegan los veinte años con sus vivencias
De las que aún no he aprendido nada
Llegan los veinte años y uno se encuentra
Frente a la ventana esa misma ventana
Con la misma mirada que otro día de niño
Observando cómo cae la lluvia de igual forma después de todo
Imaginaba acaso que sería más maduro
Que habría comprendido muchas cosas
El amor las relaciones qué ingenuo
Lo único que he aprendido es que hay ciertas cosas
Sobre las que jamás se extrae enseñanza alguna
Y sólo queda volver a probar y a equivocarse
Una y otra vez y es que ya la papelera
Está llena de hojas arrugadas que pretendían
Ser borradores de la vida
Y es que levantarse cada mañana
Es volver a escribir sobre una página en blanco
Imaginaba también que tendría
Mis propias ideas como tienen los mayores
Que sabría un poco de muchas cosas como saben los mayores
Y ahora llegados los veinte años comprendo
Que las afirmaciones siempre esconden una duda
Que no hay blanco ni negro
Que los telediarios se equivocan
Y los mayores mienten cuando niegan
Que nunca se comprende de nada más que un poco
De nada
Y mientras escribo todo esto me pregunto
Quién soy yo para hablar de estas cosas grandes
Con mis sólo veinte años
Que parecían tantos cuando observaba la lluvia con mi mirada de niño
A fin de qué voy a haber entendido nada
De la vida
Cuando con mis sólo veinte años que parecían tantos
Aún recuerdo más de lo que he olvidado
No sé qué responderos si os soy sincero
Y es que siempre he dudado de todo
Sobre todo he dudado de todas las cosas
Acaso el misterio encierra la verdadera belleza
En cualquier caso supongo
Que sólo queda volver a probar y a equivocarse
Y a levantarse cada mañana con una sonrisa
Para volver a escribir sobre una página en blanco
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