Hay tantos extremos del cielo
que nadie ha alcanzado.
Tantas palabras que nadie ha pronunciado,
tantos silencios inexplorados y extintos,
tantas nubes jamás observadas,
tantas estrellas y planetas sin nombre,
tantas gotas de lluvia perdidas en el espacio-tiempo
sin que nadie las recoja.
Algunos dirían que vivimos rodeados de inexistencias.
Pero yo sólo busco un extremo del cielo:
el que persigue tus pasos y te observa.
Sólo quiero palabras de tu boca,
sólo odio tus silencios porque te alejan.
Y todas las nubes son perfectos retratos tuyos,
y todos los planetas y las estrellas llevan tu nombre,
y de la lluvia, yo no sé nada de la lluvia,
yo sólo veo lágrimas,
no sé de quién.
Y, sin embargo, parece que no existimos.
que nadie ha alcanzado.
Tantas palabras que nadie ha pronunciado,
tantos silencios inexplorados y extintos,
tantas nubes jamás observadas,
tantas estrellas y planetas sin nombre,
tantas gotas de lluvia perdidas en el espacio-tiempo
sin que nadie las recoja.
Algunos dirían que vivimos rodeados de inexistencias.
Pero yo sólo busco un extremo del cielo:
el que persigue tus pasos y te observa.
Sólo quiero palabras de tu boca,
sólo odio tus silencios porque te alejan.
Y todas las nubes son perfectos retratos tuyos,
y todos los planetas y las estrellas llevan tu nombre,
y de la lluvia, yo no sé nada de la lluvia,
yo sólo veo lágrimas,
no sé de quién.
Y, sin embargo, parece que no existimos.
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