sábado, 8 de noviembre de 2014

Recuerdos de ayer de mañana

Te despiertas por la mañana.
Todo está oscuro y por un instante
te has vuelto a olvidar de las persianas
y sientes que todo es un sueño.

Después no sabes si subirlas o bajarlas más
y que no entre ni un grano de luz,
pero de alguna forma acabas viendo edificios
bañados con la luz gris que reflejan las nubes,
y por las ventanas corren venas de lluvia
que casi parecen rejas.

Te metes a la ducha
para que el agua arrastre la suciedad
y los sueños que se te han adherido al pelo.

En el autobús mirando tras la ventanilla
cambia el paisaje.
Aparece algo de nieve, un poco más de frío,
con retazos de cálidos recuerdos.
Pero en otro lugar.
Siempre en otro lugar.

Al final llega la parada.
Afuera no hay nieve, sólo lluvia.
Afuera no hay recuerdos cálidos,
solo otro día que se dispone a hacer sonar
su tic tac.

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