Las calles de adoquines desnudos
claman un hondo silencio.
Se deshielan poco a poco,
llorando por el invierno,
las calles de cemento mojado.
Las calles de semáforos pintarrajeados
sonríen por igual a peatones y coches.
Vomitan los cuervos las cenas
de hambre
en las calles de bares olvidados.
Otras, las calles de pies lácteos,
se estremecen
como tiemblan las estrellas
cuando la Tierra estornuda.
claman un hondo silencio.
Se deshielan poco a poco,
llorando por el invierno,
las calles de cemento mojado.
Las calles de semáforos pintarrajeados
sonríen por igual a peatones y coches.
Vomitan los cuervos las cenas
de hambre
en las calles de bares olvidados.
Otras, las calles de pies lácteos,
se estremecen
como tiemblan las estrellas
cuando la Tierra estornuda.
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