sábado, 20 de octubre de 2012

Una rendija entre el vaho

Pasé el dedo por el cristal de la ventanilla del autobús desprendiendo el vaho de mi
mirada

Había una noche tan negra ahí fuera que el cielo estaba
Nublado tan negra que lloraba
Y el rugido humano del motor apenas se oía
Si lo escuchabas desde los charcos

Entre el vaho por esa pequeña rendija que abrió
Mi mirada al mundo
Alrededor todo era difuso y oscuro sólo podía
Saber que el vaho envolvía de ensueño el interior del autobús
Pero esa rendija esa pequeña rendija
Trazada con un dedo de mi mano
Esa rendija que se entregaba de nuevo al vaho
Al cabo de unos instantes para que mi dedo volviera a acariciarla
A abrirla como si floreciera
Esa rendija mostraba la Realidad

No la realidad que yo quería ver tampoco la realidad de verdad
Quizá sólo un poco de las dos
Pues era una rendija un catalejo pirata de película
Un poco de sentimiento engalanado de poesía roedado
Como un cuadro minúsculo por el marco de vaho
Una oda a lo difuso en forma de una concreta rendija

Y es que por esa pequeña rendija podía
Acaso ver acaso estimar el camino que recorría
Que yo iba a ciegas

No me gustó lo que vi y aún hoy
No sé cómo cambiarlo pero lucho
Intento luchar

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