El sueño de la noche se apaga bruscamente
con el irritante pitido de la alarma
que enciende el sol bostezando sus primeros rayos de luz,
recién levantado.
Las calles pierden poco a poco el frío y las sombras,
las farolas se esfuman, rugen los coches de los callejones
y en un rincón un vagabundo ciego necesita esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario