Las noches de luna llena
acostumbro a susurrar a la almohada
palabras bellas y versos.
Y no los escribo ni los guardo
en ningún cajón que los esconda al olvido.
Simplemente los libero al viento,
libres como siempre han sido
y como han de serlo.
Al fin y al cabo, todo acaba perdiéndose algún día.
No hay que lamentarlo. Tampoco buscar la perpetuidad
del arte ni de las cosas.
Todo acaba perdiéndose y no hay que lamentarlo,
sino procurar que vivan su momento
(las noches de luna llena)
y lo vivan bello.
acostumbro a susurrar a la almohada
palabras bellas y versos.
Y no los escribo ni los guardo
en ningún cajón que los esconda al olvido.
Simplemente los libero al viento,
libres como siempre han sido
y como han de serlo.
Al fin y al cabo, todo acaba perdiéndose algún día.
No hay que lamentarlo. Tampoco buscar la perpetuidad
del arte ni de las cosas.
Todo acaba perdiéndose y no hay que lamentarlo,
sino procurar que vivan su momento
(las noches de luna llena)
y lo vivan bello.
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