I
Te tuve (junto al mar), te tuve
tan cerca de mi mano...
(El viento arrastraba la arena
para acariciar nuestros rostros,
donde una sonrisa dulce se iluminaba).
Te tuve conmigo y no te atrapé entre mis dedos,
dejé te fueras como escapa la brisa del mar,
suave y delicada, acariciando, besando suavemente
la mejilla pero nunca los labios.
Y ahora que no estás, extiendo la mano lejos.
Ahora que te fuiste, extiendo el brazo, el cuerpo
y el corazón intentando encontrarte,
pero siempre fallan su cometido,
yerran su búsqueda
y se cierran sobre el aire.
(¿Tan lejos estás del mar?)
Es el aire, vacío, inocuo, insípido, el aire
que va al viento y se pierde en la nada,
en la playa que arrastra la arena
de aquel mar donde te estreché entre mis brazos
(aunque sólo fuera en imposibles sueños).
El aire que avanza contra las olas,
las rompe y se entrelaza con la espuma
para perderse, de nuevo, entre mis dedos,
dejando tan sólo un beso frío en la mejilla.
(Tan cerca de los labios...)
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