lunes, 16 de junio de 2014

Lírica de vuelo

Estoy aún en el avión y siento la ciudad de Lund desmembrándose calle por calle, árbol por árbol, flor a flor. Y me agarro fuerte a los recuerdos, los revivo en los espejos cóncavos de mi memoria, empezando a deformarlos, a darles la forma que tendrán cuando todo parezca sólo un sueño. Te abrazo, Lund, calle por calle, árbol por árbol, flor a flor. Pero los recuerdos desbordan mi mente, rompen los espejos y resbalan de entre mis brazos. Se lanzan al vacío de las nubles blancas, del sol brillante como si no pasara nada, el tiempo. Voy dejando así en el viento un estela de recuerdos.

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