miércoles, 31 de octubre de 2012

Contra el viento

Hay veces que sientes
Que caminar es volver hacia atrás
Alejarte
Tropezar caer dolerte contra la acera fría

Igual que las gaviotas vuelan contra el viento
Embisten al viento con sus garras con sus picos
Besan el viento
Con esperanza sin miedo
Ni remordimientos
El viento el viento fuerte pierde sus besos las arrastra
Contra las olas rugientes
Contra los acantilados de piedra

Las gaviotas saben que podrían volar en la dirección del viento
Y surcar el mar con tal velocidad que empañarían sus ojos
Las lágrimas
Pero sería demasiado tarde demasiado lejos
En medio del océano inmenso ya
Las lágrimas
Por eso besan las gaviotas el viento
El viento que las arrastra

Yo no soy tan distinto en mi cuarto de los espejos rotos
Cuántas veces he enfrentado al viento cuántas veces
Volveré a hacerlo
Hoy mismo

Quién notará a quién le importará otro espejo roto?
Contra las olas rugientes o quizá
Contra los acantilados
No importa
Lo coleccionaré junto al resto en los rincones de mi cuarto

Dispersos entre los rincones de mi cuarto
Llevo tanto tiempo juntándolos guardándolos
Con no sé qué propósito de lágrimas o de nostalgia

Aún suspiran creo en un armario en un cajón
Unas gotas de mar medio secas ya que un día
Quisieron ser llanto
Unas gotas de rocío a su lado creo lamentan
Su amanecer olvidado hace años

Y me pregunto
Me pregunto en esta soledad de noche de siempre me pregunto
Si es que algún día parará el viento el viento que me arrastra
No quiero saberlo
No lo digáis no! No quiero saberlo
Guardan cierta belleza los espejos rotos dispersos por mi cuarto
Comienzo a sentir entre mis labios el viento

sábado, 20 de octubre de 2012

Nuestros días ya no pasan

Me confunde
El paso fugaz de los días
Olvido para no tener que escuchar cada mañana
Esa misma canción de monotonía
O al menos
Escucharla sin saber que las huellas que piso
Son las que grabaron ayer mis pasos

Sólo transcurren ante mis ojos los números iguales
Del calendario de las ecuaciones diferenciales y la termodinámica
Todas esas cáscaras vacías
Como envoltorios de caramelo sin caramelo
Y arrugados por el tiempo
Todas esas cosas que odié aún cuando estaban lejos
Hoy las tengo aquí a mi lado

Es que el odio atrae y el amor separa?
Ya casi no entreveo en la noche aquel Cielo de palabras
Aquella poesía que se evaporaba como un perfume
De cada estrella de cada grado de alcohol
De las farolas como pequeños soles nocturnos y también
De todas las sonrisas y los abrazos

Ese silencio armonizador ese silencio armado de misterio
No como este silencio que es
Silencio de nubes rotas de ciencia exacta y falta
De poesía
Te echo tanto en falta lejano amor
Que aún a veces alzo en la noche no en aquellas noches
Alzo la mirada a ese Cielo tuyo de nadie más
Tuyo de palabras

Te echo tanto en falta te quiero tanto
Todos los días
Que aún hoy quiero sentir llenar de Absurdo mis páginas blancas
Mis sábanas
De ese Absurdo de los días que pasan de dos señores
Caminando por la plaza de una pareja de enamorados
Y dos niños jugando al balón
Ese Absurdo
Del viento agitando los árboles y
La hierba y también
Ese absurdo de hambre y miseria de crisis de valores
De ratones ese Absurdo de políticos que no hacen nada

Pero no he venido hoy a hablar de eso
Los días no pasan y allá afuera
Más allá de esa ventana que fuese antaño casi mágica
Allá afuera hace tanto frío que congelan las sonrisas
Para venderlas por las mañanas a cambio de unos pocos céntimos
Hace tanto frío es tan oscura esta noche
Sin noche
Que nos aferramos a lo frío a lo oscuro los números y olvidamos
El aliento cálido de las palabras
Siempre cargadas del Absurdo de nuestros días

Nuestros días que ya no pasan

Una rendija entre el vaho

Pasé el dedo por el cristal de la ventanilla del autobús desprendiendo el vaho de mi
mirada

Había una noche tan negra ahí fuera que el cielo estaba
Nublado tan negra que lloraba
Y el rugido humano del motor apenas se oía
Si lo escuchabas desde los charcos

Entre el vaho por esa pequeña rendija que abrió
Mi mirada al mundo
Alrededor todo era difuso y oscuro sólo podía
Saber que el vaho envolvía de ensueño el interior del autobús
Pero esa rendija esa pequeña rendija
Trazada con un dedo de mi mano
Esa rendija que se entregaba de nuevo al vaho
Al cabo de unos instantes para que mi dedo volviera a acariciarla
A abrirla como si floreciera
Esa rendija mostraba la Realidad

No la realidad que yo quería ver tampoco la realidad de verdad
Quizá sólo un poco de las dos
Pues era una rendija un catalejo pirata de película
Un poco de sentimiento engalanado de poesía roedado
Como un cuadro minúsculo por el marco de vaho
Una oda a lo difuso en forma de una concreta rendija

Y es que por esa pequeña rendija podía
Acaso ver acaso estimar el camino que recorría
Que yo iba a ciegas

No me gustó lo que vi y aún hoy
No sé cómo cambiarlo pero lucho
Intento luchar

viernes, 12 de octubre de 2012

De noche vuelvo a abrir la ventana

De noche De noche

Hoy vuelvo a escribir vuelvo a
Abrir la ventana
Es de noche
Hay un silencio que atrapa la mirada

Es de noche escribo como tantas
Otras noches
Pero no es la misma noche que esta noche es
Efímera

Quién se llevó mi noche eterna quién a dónde
Quién la arrancó del cielo estrellado?
Intentaron cubrirme de un manto de luz casi
Olvidé entre números
Pero es de noche como otras noches quizás sea
Que abrí la ventana al silencio
Pero hoy escribo vuelvo a escribir alzo la mirada veo
Ese Cielo de las palabras en la noche efímera allá lejos
En la oscuridad en esa estrella
O quizá esa otra
Si es que cabe un cielo en una estrella
Como dicen los poetas

lunes, 1 de octubre de 2012

Como un soldado

Como un soldado con la cabeza gacha
Abatido
Por no haber podido participar en la guerra y aún así quedar
Derrotado

Mis pequeñas escaramuzas fueron
Abrazos efímeros
Sonrisas frustradas o caricias violentas
Con cariño enrejado

Pequeñas escaramuzas no
Ninguna guerra no alcé los puños las armas no
No realicé acciones heroicas que recordar mañana
Sólo pequeñas escaramuzas no fueron guerras No
Lancé en la noche ningún beso del que no arrepentirme

Y mis brazos cálidos
Resultaron no ser menos fríos que
La lluvia que nos golpeaba Pequeñas escaramuzas
No recordaré
Más que la guerra perdida
Todo lo que no hice lo que faltó por hacer
Para que se quebrara la intensa perfección
De tantos segundos maltratados

Y de pronto me encuentro
No me encuentro el enemigo ya llegó no escuché no quise
Hace unos minutos sonaron voces de alarma
Tiroteos armas a fuego lento
Poco después una bala y mi ansiado beso
Frío

Como un soldado con la cabeza gacha
Y en ella dibujada torpemente una flor de sangre
Abatido
Por no haber querido participar en la guerra No haber
Arañado un instante inmortal al olvido Y aún así
Derrotado
Sentado vertido como un despojo a un rincón
La cabeza gacha flor de sangre
El color y el brillo ya han escapado
De sus ojos abiertos y soñadores
Sus ojos verdes