lunes, 5 de septiembre de 2011

Rumor de medianoche


No hay cura para el loco solitario
que escucha sin compañía el rumor de medianoche
(y es un rumor que viene de lejos,
no se sabe de dónde, viene de lejos).

Para los enamorados, es sólo un soniquete más
entre sus jadeos de pasión,
una estrella más en el cielo, que brilla
igual que todas.

Pero para un loco solitario como yo
que escucha su murmullo sombrío en el aire de nostalgia,
de perfume de recuerdo de otro tiempo,
y en el aire de esperanza vana,
de miedo feroz, de terror súbito ante un horizonte sin alas;
para un loco solitario como yo
es una melodía de cuchillos danzantes
donde tonos graves y tonos agudos van rasgando mi piel,
muy hondo, mi músculo y mi corazón,
y allí reposan con un eco profundo,
un eco desgarrador, salvaje e imperturbable,
un eco triste de soledad y amor.

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