sábado, 27 de septiembre de 2014

Deconstrucción poética

En este lugar apartado de la soledad
de mí y tus recuerdos,
en esta discoteca,
gente que salta y canta,
delirio alcohólico electrónico.

Allí estaba el mar, azul e inacabable.
Siempre me parecía la primera vez que lo observaba sin aliento.

Recuerdo que de niños jugábamos con barro,
con vulgar barro,
que construíamos castillos, pirámides y rascacielos de barro
más bellos que los que haya construido jamás ningún arquitecto.

Hoy vuelvo a vestir el uniforme de los minutos.
Añado la alarma a mi lista de reproducción
y desempolvo las hojas blancas donde
no escribiré versos sino
números sin alma y exactos.

La felicidad es un lugar incompleto,
como un puzzle al que siempre le falta una pieza distinta.

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