viernes, 10 de diciembre de 2010

II.


Si tuviera que decirte "te quiero",
lo haría. Sin duda.
Si tuviera que estrecharte una vez más entre mis brazos,
entre mis manos y entre mis labios,
aspirando el perfume de tu cabello rubio
de aquellas tardes mojadas de Oxford.
Lo haría sin duda.


Si tuviera que llevarte en brazos
hasta rozar la Luna misma,
el Sol y el resto de estrellas
y que nuestros ardieran,
felices de morir juntos,
lo haría sin duda.


¿Por qué no lo hice, entonces,
en aquella ciudad de los sueños rotos?
Ramas viejas, amapolas marchitas
y pájaros muertos.

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